Una Tribu en París es un documental que nos presenta la visión de dos mundos completamente diferentes, de mano de representantes de una tribu de Papúa Nueva Guinea. Los protagonistas van a experimentar un cambio imponente al conocer el ritmo cotidiano de la ciudad de París; nada que ver con el modo de vida sosegado que ellos acostumbran en la selva. Están interesados por descubrir el “país del hombre blanco” como en numerosas ocasiones dice el documental.
A pesar de todas las desemejanzas que puede haber entre ese mundo organizado, urbano y cosmopolita, y el otro extremo en cuanto a formas de vida se refiere de una tribu como la de nuestros protagonistas, ¿somos tan diferentes? Culturalmente sí, pero todos somos humanos y nada nos es indiferente a menos que nos pongamos trabas para así suponerlo. Desde el punto de vista cultural, este documental muestra claramente que existen importantes diferencias. Esto es así porque toda cultura es aprendida y por ello existe cierta idiosincrasia en la educación de cada uno de nosotros. Así pues, en este reportaje se muestran las diversidades en cuanto a viviendas, clases sociales, aspecto, culto, etc. se refiere, entre una ciudad como París y un poblado de una tribu selvática.
La reacción de los protagonistas en su exploración parisina no es para nada extraña al conocer un modo de vida completamente distinto al suyo y unas tradiciones y hábitos que poco tienen que ver a las que ellos acostumbran. De hecho, si nosotros probásemos la experiencia de los papúas, la sensación sería similar al encontrarnos en un hábitat extraño con gentes que distan mucho de nuestra cotidianidad.
Un aspecto muy interesante del documental es el elemento del culto y la disyuntiva de qué hacer con sus muertos. A diferencia del pensamiento que tienen en París (y en la gran mayoría del pensamiento europeo) de que el espíritu se separa del cuerpo una vez llegada la muerte, los papúas no piensan así y se extrañan por ello, llegando a decir: “el hombre blanco no tiene miedo a morir”.
Me ratifico en decir que culturalmente somos diferentes pero también tenemos similitudes. Por ejemplo, la pobreza es un aspecto de todas las sociedades. Claro que, en este caso, los papúas observan que, en su tribu, ricos y pobres están mezclados y se ayudan entre ellos; aspecto que no ven en la cultura parisina. De hecho ellos buscan el interés común y no es algo que defina la nueva civilización que están descubriendo.
En conclusión, las características del comportamiento aprendido en las sociedades humanas, es lo que produce la diferencia cultural, el tema principal del documental Una Tribu en París.
A pesar de todas las desemejanzas que puede haber entre ese mundo organizado, urbano y cosmopolita, y el otro extremo en cuanto a formas de vida se refiere de una tribu como la de nuestros protagonistas, ¿somos tan diferentes? Culturalmente sí, pero todos somos humanos y nada nos es indiferente a menos que nos pongamos trabas para así suponerlo. Desde el punto de vista cultural, este documental muestra claramente que existen importantes diferencias. Esto es así porque toda cultura es aprendida y por ello existe cierta idiosincrasia en la educación de cada uno de nosotros. Así pues, en este reportaje se muestran las diversidades en cuanto a viviendas, clases sociales, aspecto, culto, etc. se refiere, entre una ciudad como París y un poblado de una tribu selvática.
La reacción de los protagonistas en su exploración parisina no es para nada extraña al conocer un modo de vida completamente distinto al suyo y unas tradiciones y hábitos que poco tienen que ver a las que ellos acostumbran. De hecho, si nosotros probásemos la experiencia de los papúas, la sensación sería similar al encontrarnos en un hábitat extraño con gentes que distan mucho de nuestra cotidianidad.
Un aspecto muy interesante del documental es el elemento del culto y la disyuntiva de qué hacer con sus muertos. A diferencia del pensamiento que tienen en París (y en la gran mayoría del pensamiento europeo) de que el espíritu se separa del cuerpo una vez llegada la muerte, los papúas no piensan así y se extrañan por ello, llegando a decir: “el hombre blanco no tiene miedo a morir”.
Me ratifico en decir que culturalmente somos diferentes pero también tenemos similitudes. Por ejemplo, la pobreza es un aspecto de todas las sociedades. Claro que, en este caso, los papúas observan que, en su tribu, ricos y pobres están mezclados y se ayudan entre ellos; aspecto que no ven en la cultura parisina. De hecho ellos buscan el interés común y no es algo que defina la nueva civilización que están descubriendo.
En conclusión, las características del comportamiento aprendido en las sociedades humanas, es lo que produce la diferencia cultural, el tema principal del documental Una Tribu en París.